Color my life with the chaos of trouble.


30 jun 2009

Diario de Junio:

``Iluminada y eterna, enfurecida y tranquila, sobre una alfombra de hierba ibas volando dormida...´´ Qué linda cancion. A decir verdad no sé por qué la estoy escuchando en este momento, pero se me vino a la cabeza desde temprano y no se va de ahí. No tengo motivos para escucharla. Ni estoy triste, pero tampoco estoy de lo que se dice felíz. Aunque como siempre, tengo cientos de pensamientos morbosos y cursis en la cabeza, pero eso ya es mi naturaleza. ``Iluminada y eterna, enfurecida y tranquila, sobre una alfombra de hierba ibas volando dormida...´´ Hay, perdón. Otra vez. Suena y suena la misma canción, en los parlantes, en mi cabeza, en mi corazón. No estoy enamorada, eso nunca. Desde hace rato que me lo propuse. Guardé mi corazón congelado en una caja de cristal que parece muy frágil, pero es más fuerte que cualquier sentimiento apasionado que se me pueda presentar. No puedo permitirme sufrir otra vez por amor. Sé que no podría volver a resistirlo, volver a superarlo. Así que es mejor así. La palabra amor no se lleva bien con las demás en mi diccionario.
Pero hoy algo se encendío. No quiero dar nombres, porque, salvando el hecho de que no es tan importante, cuando nombras una cosa o una persona, esta adquiere sierto poder sobre tu vida. Y eso es lo que menos necesito ahora. Que alguien tenga poder sobre mi. Sobre mis sentimientos. Quizás no pueda evitarlo, quizás no pueda darme cuenta. De cualquier forma, sé que puedo vivir sola sin caer en el abismo del amor otra vez.

20 jun 2009


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda.