Pulsión de felicidad .

Uno tiene que aprender a quererse, mejor dicho a amarse a uno mismo (porque quererse se quieren a los objetos, amarse es otra cosa) respetarse, saber que siempre se puede mejorar pero que nadie es más ni menos en esta vida, todos nacimos de igual manera, desnudos y llorando asi que no hay que dejarse pasar por ensima; solo así podrás ser felíz con vos mismo y poder hacer felices a los que te rodean. Por otra parte tengo alma de mochilera, asi que la salud, el dinero y el amor dejáselo a alguien que le guste estar encerrado en cuatro paredes y crea que el mundo es color de rosa. Para los que amamos los cambios y el quilombo, eso no existe. Las etiquetas las creamos para vivir de fantasía en fantasía y no crear disturbios. Y la última y la mejor: vivir como si fuera el último día no suena tan mal, pero tampoco me convense. Morir, nos vamos a morir todos y todas salvo que tu apellido sea Disney. Y creo que el último día de mi vida, yo por lo menos, me la pasaría llorando o en un pedo asqueroso, o en su defecto en ambos estados. Así que no creo que eso sea la felicidad.

Sí creo que la felicidad está en pequeñas, momentos o hasta palabras. Camino, Viaje, CompañerosDeRuta, Mar, MuertePorAtaquesDeRisa, Cosquillas, Sonrisa, Miradas, Abrazos, Fuerza, Lagrimas, MirarParaAdelante, Música, Alma y Escencia.



Por Noelia Grisel Sologuren.