Color my life with the chaos of trouble.


5 ago 2011

I will never be with you.


Era una fría tarde de mayo. El subterráneo estaba hasta las manos de gente, todos yendo y viniendo apurados, las miradas perdidas y expresiones de disgusto en sus rostros.
Yo caminaba resignado, arrastrado por la corriente de personas, y con el peso de un mal día en mis hombros.
Entonces fue cuando la vi.
Vi su cara entre un montón de personas. Era un ángel en la multitud. Apenas pude notarla, pero su belleza fue todo lo que vi en ese momento. Ella me sonrió, y en ese momento no había nadie más, nadie de quién pudiera percatarme. Sólo ella. Era hermosa, de eso estoy seguro. Ella era hermosa, y es una de las pocas verdades que conozco. Y aunque encontré su rostro desconocido en un lugar lleno de personas, me enamoré perdida, perdidamente. Pero no supe qué hacer, porque nunca podría estar con ella.
De repente, tuve un plan. Quizás jamás vuelva a verla de nuevo, pero no me importó. No me importó de ninguna forma.
El vistazo duró unos segundos, pero decidí seguirla como pudiera, a toda costa. La multitud hizo todo el trabajo por mí, y me arrastró como una corriente, muy cerca de ella. Lo único que nos separaba era una masa de personas que esperaban para subir al próximo tren. Era la hora de volver a casa, y todos están muy irritados para entonces; así que pedir permiso no me sirvió de nada. Ella tenía una boina color vino, y la seguí con la vista todo lo que pude cuando comenzó a alejarse. La perdí de repente. Me abrí paso con urgencia, empujé a todos como si de eso dependiera mi vida. Entonces volví a encontrar a la boina, y sentí como mi alma estaba otra vez aliviada.
Por fin, el tren arribó. Un niño pedía monedas a mi izquierda, un guardia vigilaba la boletería con el ceño fruncido, y dos perros se olfateaban mutuamente. Empecé a ver los detalles cuando la gente comenzó a subir, a desaparecer. Fue todo muy de repente.
Me acerqué a ella y estaba de espaldas, casi a unos dos metros de distancia, esperando para subir al tren.
Volteó de repente y me sobresalté, no lo esperaba así.
¡Quién dirá que no existen los ángeles!
Me sonrió, y tenía una expresión extraña en el rostro, como pidiendo perdón. Acto seguido, desvió la vista hacia su derecha, había un hombre que estaba a su lado. Nuevamente volvió a mirarme. Yo seguí con mis ojos el mismo rumbo que ella, y comprendí. Su mano estaba entrelazada con la de aquel muchacho. Volví a mirarla, y parpadeé, confuso.
Después, de un tirón, ella y su mano entrelazada subieron a bordo del tren.
Se cerró la puerta, y me quedé inmóvil, parado frente a la ventanilla.
Ella estaba ahí, con otro hombre. Podía verla desde afuera. El muchacho miraba hacia otro lado, como desentendido. Ella posó su mano sobre el vidrio, y me clavó la mirada.
Me partió el corazón.
El tren arrancó, y se fue. Me quedé ahí.
Ella era hermosa, es verdad. Debió de ser un ángel con esa sonrisa en su rostro. Pero tengo que enfrentar la realidad:
Nunca estaré con ella.

2 comentarios:

  1. Eso es tuyo Fiore? te dije ya que sos una excelente escritora?

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  2. Gracias Lu! Sisi, es mio, lo escribi hace unos meses, esta inspirado en la cancion Beautiful de James Blunt... Gracias, enserio :)

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